Es, simple y llanamente, un espectáculo. Un monasterio convertido en hotel que lo convierte en un emplazamiento, a 3 minutos de la catedral, sencillamente sensacional. Te cuidan, te atienden y te dan un desayuno a la medida del hotel. Ah! Y no dejes de sumergir tus piernas en sunpiscina climatizada, vas a recuperar fuerzas para disfrutar de la noche compostelana o para llegar a Finisterre!