Este lugar es un ‘must’ del Camino. Y es que, la cocina es estupenda y el trato de Marcos cercano y absolutamente profesional. Después de años en cadenas hoteleras de primera línea, Marcos apostó por un restaurante familiar y, junto a sus padres, regenta ahora el hotel restaurante O Pino, uno de los mejores del Camino. Te mueres de probar sus variedades de empanada, con sus guisos o con su ambiente. Inolvidable.