Si a estas alturas del día necesitas sentirte como en casa y descansar como un niño, te recomendamos que te quedes en Casa de Leo, una villa al lado del río Burbia. Si aún te quedan fuerzas pídeles una bici y recorre las calles del pueblo a golpe de pedal. ¡Disfrutarás de sus rincones más escondidos de una forma diferente!