Este hotel de cuatro estrellas, también en pleno centro histórico, tiene ofertas especiales para peregrinos. Su objetivo es que, aunque estés de paso y tu estancia sea corta, puedas disfrutar de un hotel de lujo y tu descanso sea de diez. Pero lo que lo hace diferente es la Nimú Azotea, una de sus zonas gastronómicas situada en la décima planta del hotel y desde donde tendrás vistas espectaculares de la Catedral, del Barrio Húmedo, del Patio de Botines de Gaudí y de San Isidoro. ¡El lugar perfecto para terminar el día!