Es uno de los lugares más apreciados por los peregrinos que llegan hasta Triacastela. Un pequeño café con una filosofía que se ha mantenido durante los años: buen trato y buenos menús a muy buen precio. Un lugar muy agradable también para salir a desayunar a su terraza. Pregunta en Triacastela por Esther y siempre acertarás. No puedes irte sin probar su caldo gallego y su pulpo.