Casa Chelo es uno de esos restaurantes de toda la vida donde tienes que pasar por la cocina (muy limpia) para pasar al comedor y, donde Celi, te sirve lo mismo una perola de sopa que unas croquetas riquísimas o unas tostas calientes de foie. Las cocineras, en aspecto y en la calidad de la cocina, son como abuelitas entrañables. Son mujeres de siempre de las que saben cocinar y eso se nota en todo el ambiente. En general todo está muy sabroso y a un buen precio.