La casa Blanco está a cinco kilómetros de palas pero, si te apetece ir a dormir a este alojamiento tan especial, los dueños irán sin problemas a buscarte, y luego te dejarán donde has dejado tu Camino. Es una casa rústica típica de 1880 que acaban de restaurar y que bordea el río Pambre. No te pierdas sus copiosos desayunos con productos de la zona. Un lugar para encontrar la calma, sin duda.